21 noviembre 2008

Autobiografía de un lector

Yo nací el ____ de ____ de ____, por cesárea. Mi mama dice que durante el embarazo tuvo cientos de antojos de tomate y queso. Unos meses antes, de día o noche, se creó un diminuto ser que ahora soy yo; imposible saber el instante entre el ser y el no ser. El misterio de ese instante sigue siendo la base de algunas creencias metafísicas, o eso digo yo, pero me pregunto si estos creyentes habrán dedicado el suficiente esmero para descubrir el misterio del instante, me refiero a eso que está más allá del fenómeno biológico. Exigencia o cuestionamiento absurdo, claro, porque cómo identificar algo tan efímero. En fin, que ahora a mis ____ años, no creo en el alma.

Retrocediendo algunos días del momento del ser/no-ser me encuentro con que mi compa de ahora se reía de absurdas consideraciones, mientras una mosca bordeaba los filos de su desayuno. A otro ser, que aún no conozco en absoluto, le tocaba elegir entre tres tipas que frecuentaba; se quedó sin ninguna. Mi hermana, quien también tenía alguna conexión con ese compa mío de ahora y ese otro ser que aún no conozco en absoluto, coincidió en esas fechas con su primera mariqueada vergonzosa. Coincidieron también, por defecto, los motivos de esa mariqueada, que tenían relación con un intento fallido de conseguir unas papitas y un juguetito.

Ese día mi vecina lo era por primera vez, o sea, se mudó ese día. Decidió que por la noche tomaría un libro, un vaso de agua con hielo y, claro, lo leería (el libro). Se sentó en el sillón azul y cogió un trapito para evitar que el vaso le manchara la mesita de madera o le cayeron gotitas a las paginitas del librito (ese día habían varios trapos regados por su habitación). Dice ahora que lo único que recuerda fue que una vez que se tomó el agua tuvo que esperar unos minutos mientras el hielo se derretía para poder beber otro sorbo. La cantidad de hielo le bastó para cuatro sorbos más, cada vez más pequeños y con lapsos de tiempo más extensos entre cada uno. Cuando por fin tuvo un poquito de sentido común* se levantó, cogió un vaso más grande, con más hielo y más agua y siguió leyendo. (*eso no le molestaba, pues mi vecina disfrutaba de esos placeres que produce la espera de algo deseado). Cuando el segundo vaso se le acabó decidió que no iba a ser tan obstinada como para someterse al mismo conteo de sorbos y esperas, así que mandó el libro a la mierda, el agua también y distrajo sus pensamientos. Ahí acabó la historia.

Cuatro años antes del ____ de____ de____, me refiero al día en que yo nací, algún tipo escribía los relatos del día en que leyó varias autobiografías. El tipo estaba redactando la suya y decidió buscar ejemplos. Se topó con que todas empezaban con el típico “yo nací el…”. Esas “todas” fueron 4 nada más, fue una suerte de casualidad que empezaran de la misma manera. Si yo quisiera explicar por qué yo empecé esta autobiografía de un lector con esa misma frase tendría que adelantarme muchísimo tiempo a esta narración y no me lo permito. Al final el tipo decidió empezar la suya de una manera distinta.

No coincidió con esas fechas, sino que fue unos meses atrás, cuando mi tata cerraba la puerta que daba al patio para evitar el chiflón del aguacero. Él estaba afuera y cuando iba a entrar se percató de las suelas mojadas. Se detuvo y pensó cómo se las iba a secar; encontró dos maneras: 1) dar unos cuantos pasos por la estrecha franja de cemento que aún quedaba seco, esto con el fin de quitarse el exceso de agua de sus suelas y retocar más adelante en la alfombra contigua a la puerta. 2) dar muchos pasos por la alfombra y después… después comprendió que perdía demasiado tiempo en una idea insignificante mientras las cosas avanzaban demasiado rápido.

Con estos y demás acontecimientos se preparaba el inicio de mi autobiografía, la del lector, que prudentemente decido no creérmela tan a la ligera.

11 noviembre 2008

Quino

El noviembre pasado también sacamos rato para analizar y DISFRUTAR de los bretes de Quino, así que aquí pongo dos más para hacerle honores (haga click en la imagen). Lo que es tener sentido común:


19 octubre 2008

"Lágrimas de oro", de Alejandro Jodorowsky



Un cuento que me pasó Leo, me gustó bastante, ahí lo dejo:

Cuando el extraordinario y feliz fenómeno se produjo, cada miembro de la familia expuso una creencia diferente acerca de su origen. Según doña Luisa, la madre, fue a causa de una libélula dorada que picó al niño en la frente; según don Luis, el padre, el pequeño tragó unas semillas de membrillo radioactivo; según la abuela, viuda, fue porque en la misa, durante el último temblor, la estatuilla de San Jacinto vino a estrellarse en la cabeza de Dominguito; según frater Maurus, tío materno, monje benedictino, casto no sólo de las partes pudendas sino también de los cinco sentidos, el fenómeno se debía a la ingestión de una hostia milagrosa. En fin, según Nicomedes, tío paterno, borracho contumaz, la cosa se había producido porque el muchachito tenía un ángel de la guarda pederasta... Fuese la causa que fuese, el hecho es que una mañana Dominguito se despertó llorando lágrimas de oro.

Don Luis creyó que eran purulencias pero, por su dureza y falta de hedor, tuvo dudas. Las amontonó en una copa y las llevó a la joyería más cercana. “¡Es oro de 24 kilates, es decir puro!”, le informó el joyero. “Se lo compro en tal cantidad.” ¡Diablos, el montoncillo de billetes le permitiría pagar el arriendo del apartamento por lo menos durante tres meses! Regresó corriendo para interrogar a su hijo.

—Dominguito, ¿qué soñaste? ¿Tuviste una pesadilla? ¿Crees que si te duermes volverás a tenerla?

Doña Luisa, la abuela y los dos tíos (frater Maurus, enterado por teléfono del milagro, había tomado su moto y acudido de inmediato al dormitorio), amontonados detrás de don Luis, lanzaron, como él, miradas ansiosas hacia el pequeño.

—No sé... no recuerdo... No tengo sueño... Llévenme a la escuela...

—¡Muchacho desobediente! ¡Te hemos dicho que te duermas otra vez!

—Pero si ya dormí toda la noche... Me quiero levantar...

— ¡Noo!

El muchacho forcejeó, mas las diez manos de la familia lo obligaron a permanecer acostado. Dominguito se puso a llorar. ¡Dos ríos de lágrimas de oro le brotaron de los ojos!

Los adultos cosecharon el precioso metal cacareando de felicidad. El niño no necesitaba dormir ni soñar; cualquiera que fuera el motivo del llanto, las gotas doradas surgían igual.

Para probarlo, una vez que hubo cesado de lamentarse, tomado su buen desayuno y preparado cuadernos y libros para ir a la escuela, Nicomedes le dio una violenta cachetada. ¡Oh maravilla, le surgieron otra vez lágrimas de oro! ¡Ñam! ¡A una cachetada por semana podrían vivir como reyes!

Fueron cuatro meses de euforia. Si el golpe en la mejilla era bien dado —calculando, eso sí, no romperle un diente—, producía media hora de intenso llanto, es decir, una fortuna... Se cambiaron a un octavo piso, trescientos metros cuadrados; renovaron, de zapatos a sombreros, el guardarropa; inauguraron un congelador lleno con cuatrocientos kilos de bistec argentino; pudieron lucir una camioneta último modelo. En cuanto a Dominguito, no se le permitieron quejas. Si bien es cierto que a veces su cara amanecía con manchas moradas, en cambio, encerrado en su cuarto, recibía juguetes a canastas llenas.

El problema se manifestó al quinto mes: el niño, acostumbrándose al castigo, no sólo perdió junto con la sorpresa el miedo, sino que también se aficionó al dolor. Mientras más recio se le propinaba el palmetazo, más grande era su sonrisa.

— ¿Qué vamos a hacer ahora? — canturreó frater Maurus—. ¡El mequetrefe se hizo masoquista! ¡Miren, le pincho la tetera con esta aguja, y no reacciona! ¿No creen ustedes que sería bueno, haciéndole imitar a Nuestro Señor, tomar tres gruesos clavos, un par de maderos y crucificarlo?

—Hermano santo —respondió la madre—, para que la gallina de los huevos de oro siga poniendo, no hay que convertirla en consomé... Mejor sacrifiquemos a Pepo, su conejito de angora.

Ante la presencia del niño, a quien ataron a una silla, con los párpados obligatoriamente abiertos a fuerza de tela adhesiva, se clavó en la pared, patiabierto, al animalillo. Por falta de lanza, la abuela le hundió en el costado un tenedor. Lo dejaron desangrarse y morir, mientras Dominguito lanzaba gritos de horror. Las lágrimas de oro le corrieron sin parar durante una semana. Para calmarlo, después que firmaron el contrato de la compra de un magnífico terreno frente al mar, le regalaron un ratón blanco… que le guillotinaron al cabo de seis meses. (El llanto les dio para construir el chalet costeño.) Lo mismo sucedió con el perrito chihuahua. Sin embargo, cuando quisieron que aceptara un gato romano, lo corrió a patadas. Lo mismo hizo con la ardilla, el chimpancé y la cacatúa... Tuvieron que cambiar de técnica.

Al principio pensaron cortarle la falange de un dedo, pero como recordaron que se había hecho inmune al dolor físico, decidieron torturarlo mentalmente. Don Luis se manchó el traje y la cabeza con sangre de pollo, se acostó en medio de la calle, dejando que un montón de tripas de vaca le asomara por debajo de la camisa. El niño, a los gritos de doña Luisa “¡Atropellaron a tu padre!”, salió de la casa, vio al tendido, se puso más blanco que sus calcetines y comenzó a chillar. La abuela y los tíos recogieron en un cuerno de cristal hasta la última de sus lágrimas. Entonces don Luis se levantó riendo, acompañado por el carcajeo de toda la familia. “¡Era una broma, tontito!”… Pero Dominguito no era tan tonto como ellos lo deseaban. La siguiente vez, cuando frater Maurus apareció aplastado por su moto, con un cerebro de ternera junto a su tonsura, él, riendo, se acercó al falso muerto y lo orinó en la cara.

La familia, desesperada —los negocios, por falta de las preciosas lágrimas, se venían abajo—, perdió el control y ensayó absurdas cosas: sorprender al niño mostrándole degeneradas fotos pornográficas; contratar actores disfrazados de la Momia, Drácula y otros monstruos, para que le gruñeran en la noche empujando las ventanas; amenazar con arrojarlo, en el zoológico, al foso de los leones; en fin, la madre, prometiendo, a causa de su sequedad ocular, cortarse el cuello con una navaja... ¡Nada! Igual a un cuero, el espíritu del niño se había curtido: nunca más algo lo haría llorar.

El mundo real, tanto como el de los sueños, sucede como una danza en la que las casualidades ocurren justo cuando deben: corrió tanto la voz de que el niño lloraba lágrimas de oro, que acabaron por raptarlo. La familia esperó junto al teléfono dispuesta a pagar el rescate que los bandidos exigieran, pero ninguna campanilla resonó durante esos largos días. Faltos de materia prima, seguros de que nunca más volverían a ver a su productor, planearon con inmensa pena vender los bienes tan duramente obtenidos.

Mientras, los llamados bandidos, que eran en verdad un honesto boticario y su mujer, al ver que las aplicaciones de ácido sulfúrico en la planta de los pies no conmovían al niño, decidieron hacerlo llorar con la pobreza. Lo llevaron a una población misérrima y lanzaron un pan dulce en medio de un grupo de haraposos y esqueléticos muchachos. La salvaje pelea que estalló entre ellos, cada uno tratando de apoderarse del exiguo alimento, entristeció tanto a Dominguito que los diques del rencor se le abrieron y comenzaron a correr sus lágrimas, pero esta vez no fueron de oro sino de miel. Una miel más dulce que la de las mejores abejas. Los pobrecillos, felices, le lamían las mejillas —una gota bastaba para alimentarlos todo el día—, y él lloraba y lloraba. La dulce materia sanó a un pobre que apenas respiraba a causa de una infección en los pulmones; a otros les curó la sarna; un paralítico que se untó las piernas pudo andar; cesaron todas las enfermedades Los boticarios, temiendo ser linchados, no se atrevieron a llevarse de allí al raptado. Por medio de una misiva anónima comunicaron su paradero a la familia. Los padres, la abuela y los tíos llegaron lo más rápido que pudieron, encabezando un destacamento de carabineros. Éstos alejaron a bastonazos a los golosos piojentos y rescataron al precioso niño.

Sentados alrededor de la sólida mesa familiar, mientras imaginaban planes para embotellar las nuevas lágrimas y venderlas a precio sustancioso como panacea infalible, escucharon a Dominguito hablarles con voz de adulto: “¡Queridos parientes, voy a llorar por última vez: mis lágrimas les darán vida eterna!” Otra vez se puso a eyectar gotas de miel. Las ávidas lenguas de sus familiares le lamieron los párpados. Cayeron en éxtasis saboreando tanta dulzura. Poco a poco el manjar los fue paralizando hasta que, muertos, tal como el niño había prometido, entraron en la terrible vida eterna.

13 octubre 2008

Lo que yo quise encontrar estaba atrás y no aquí



Grabado en metal de hace un año, basado otra vez en el cuadro de Picasso Acróbata con joven arlequín. Este fue el primer brete que copié en serio, por eso quedó tan similar. El título que le puse ha sido la burla de todo un año, que le vamos hacer, así le quise poner (es una parte de una pieza de Charly con Aznar).

Otro detalle, basado también en Picasso, esta vez de Acróbata y joven arlequín - 1905. Esta vez la pose ya la tenía más asimilada, ya la había dibujado y pintado muchas veces, por lo que ya no necesitaba ni ver el brete original ni apegarme a él, casi que lo convertí en una vara totalmente mía.

Detalle de un brete que tengo por ahí, basado en un cuadro de Picasso (Mujer con corneja - 1904). Los bretes de Picasso son importantes para mí, siempre les encuentro algo nuevo y nunca me canso de verlos, al punto de querer copiar los mismos gestos o poses de sus figuras. Después agrego las dos imágenes, en el escaner no me cabe todo.


Mi idea de algo "feliz", para variar la rutina. No acostumbro a hacer cosas "felices", así que éste fue mi intento. Para mí es un paisaje bastante solo pero feliz.

Autorretrato - (Oct 2007 - julio 2008)



Al parecer esos días se han normalizado. Un dibujo muy cuidadoso para días que no lo eran.(era para un curso, no me quedaba de otra, había que hacerlo así pero fue útil).

16 septiembre 2008

Benedetti otra vez

La culpa es de uno

Quizá fue una hecatombe de esperanzas
un derrumbe de algún modo previsto
ah pero mi tristeza sólo tuvo un sentido

todas me intuiciones se asomaron
para verme sufrir
y por cierto me vieron

hasta aquí había hecho y rehecho
mis trayectos contigo
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad
pero vos encontraste la manera
una manera tierna
y a la vez implacable
de desahuciar mi amor

con un solo pronóstico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible
lo envolviste en nostalgias
lo cargaste por cuadras y cuadras
y despacito
sin que el aire nocturno lo advitiera
ahí nomás lo dejaste
a solas con su suerte
que no es mucha

creo que tenés razón
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo

hace mucho muchísimo
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
fue implacable como vos
mas no fue tierno

ahora estoy solo
francamente
solo

siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado

antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles de invierno

con los ojos bien secos
por si acaso

miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.



Tengo que agradecer a Dani por haberme enseñado este poema, sólo que no sé en qué tono de agradecimiento. A veces uno dice "me cago en este grandísimo cabrón que escribió esta vara", pero en el fondo uno quiere este tipo de versos, y que dicha que los tenemos. Otra vez Benedetti
, a pesar de muchas otras varas que uno lee, a este escritor me gusta releerlo, por placer, por recordar cosas, por cualquier cosa, porque me da la gana...

12 septiembre 2008

05 septiembre 2008

Recortes

Nada está aquí ni mejor ni peor,
la gente se esconde
o apenas existe
y volvemos a caer.

No se lo que han hecho conmigo,
miro a los costados,
no hay nada que amarrar,
no hay forma de explicárselo.

Me fui, me voy
de aquí para allá,
de vez en cuando a algún lugar.
(La apariencia siempre bien organizada).

Y no sirvió de nada,
cuando me fui no me aleje
porque todo el tiempo estaba yo en un mismo lugar
y bajo una misma piel.

Ahí voy llegando a ningún lugar,
pensando en el alma que piensa
y por pensar no es alma.
Me voy, ¿para qué?
la verdad es que no me importa,
sólo trato de hacerlo bien.
Todo lo que diga está de más.


Son recortes de algunas canciones de Fito. No sabía bien de que quería hablar, así que puse las canciones que más ganas tenía de oír en ese momento y fui sacando pedacitos hasta poder darle el mínimo de coherencia. En realidad no me agrada mucho, quiero borrarlo, pero voy a dejarlo como muestra de esas ideas que uno hace a lo loco (o mejor dicho, por la simple necesidad de hacerlo o el deseo de ver qué pasa). Sólo hasta después es que uno se sienta a pensar y se descubre que el azar no hay que tomárselo al azar.

31 agosto 2008

Tal vez, pero no creo... ni el de un muerto



Serigrafía. Después de bastantes intentos, en cierto modo inservibles para lo que buscaba, salió este rostro. Lo raro es que fue el primero que dibuje.

Tal vez el rostro diga poco, precisamente buscaba algo totalmente inexpresivo y simple, pero no creo haberlo logrado. Me parece que un rostro inexpresivo no existe, ni el de un muerto.

30 agosto 2008

Un sólo rostro

De un sólo dibujo pueden salir varios. Es interesante ver como una expresión se transforma en otra tan sólo con una distorsión. Gracias escaner.







Algunos personajes sacados de cuadernos





21 agosto 2008

Hoy no hay nada............ ¿o si?

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vamos hacer un silencio jasdfjkahdfañjlksfajskldfh
hoy no hay nada aklsdfjalñksdfjaksdjfalksdjfajsdf
bla bla bla bla bla bla
aksdfjaklsdfjaksdfjaksldfjaklsfjaksdf mer cago
kasdlkajsdfkladfadf buuuuuu
este blog no permite dejar espacios en blanco, por eso escribi toda esta vara kasdjflaksdjfa
kfajsdfkajdflkajfasdfdfkadsfklasdjflaksdjfalksdjfalksdfajlñskdfakldsf
Sólo una prueba: voy a pensar en una imagen o aconte situacion que m3e interesa, me la voy a imaginar pero no la voy a dibujar, solo voy a sacar con palabras aquellos detalles que me gusta...........baño, luz blanca, espejo, pelos, navajilla, sangre, cuirtas, agua, lombriz, gota de agua, otra gota de agua, rojo, sudor, calor, ducha, frío frío , olor, pescado, grito, ya esta listo, paño, pelo mojado, anteojo empañado, vapor, mano, seguro, perilla, girar, aire fresco, ahhhh por fin... ya se acabo bla bla bla bla kjadfjasdfjasdfjaksdf
asdjkfasdjkfasdjkfhasdjkf
asdfkasdf.... FIN FIN FIN KAJKASDF FIN KASDJFAKSDFASKD F FIN. FIN PUNTO FIN. FIN PUNTO..... . . FIN . I

13 agosto 2008

Hace un mes me ....(producen algo, como incomodidad):


Los pelos en el ojo, la boca seca de la goma, las manos grasosas cuando dibujo, el cuchillo que se me cae en la mesa y hace un sonido espantoso mientras los demás comen calladitos, la comida entre los dientes, el eructo a cebolla, tres horas frente a la pantalla de la compu, el líquido rancio de los sacos de la venta de jugos de la esquina de mi choza, los mocos del mae que pide plata en la embajada, el calor de los sillones a la 1 de la tarde, el perro que quiere jugar cuando yo quiero dormir, las loras del vecino, las papas de hospital que hace el playo que cocina, el culo caliente de la birra, el ultimo sorbo aguado del trago de ron, el hielo que se derrite demasiado rápido, la comida fría, las palomillas de noche que chocan contra la ventana y no me dejan dormir, que me levanten de la cama con una cagada, las noticias de mierda que son una novela, las habladas de Rodrigo Arias, los uñeros, la pose incomoda de leer acostado, el dolor de cuello, los que venden la birra a mas de un rojo, los piquitos en las uñas, los que me dicen que porque soy tan callado, la canción que oigo pero que en realidad no quiero oír, los pies dormidos, la ropa ajustada (no en las mujeres, ahí no importa, a menos que sea algo patético), eso de sentirse atormentado de sentido (aunque esto me gusta), las camisas que dan calor, la falta de ideas, una espinilla en la nariz, estar con quien no quiero estar, ir de pie en el bus desde mi choza hasta la U, la presión de no tener un brete a tiempo, la ansiedad, no poder decir “no” cuando me da la gana, los que no le ponen ganas a las varas, cuando yo no le pongo ganas a las varas, los párrafos que leo hasta tres veces y no entiendo ni picha, los lugares comunes en la poesía o en las canciones, la hablada de “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”, las misas, el carro hirviendo después de horas bajo el sol, las presas de las 5, los pitos de los carros, el ruido de las motos, el aburrimiento, las películas demasiado gringas, ver sin anteojos, los anteojos sucios, los anteojos torcidos, la lluvia en los anteojos, perder los anteojos, el anteojo que se llena de grasa cuando doy un beso, bañarme con agua fría, perder la billetera, en general perder cualquier cosa, mi despiste, los gritos de mi mama, las discusiones estúpidas, no poder estar solo cuando quiero estar solo, estar solo cuando no quiero estar solo, el volumen demasiado duro de la tele, los anuncios ticos, los programas de canal 7 o 6, las uñas largas o muy cortas, la manía con el ojo, lo macabro, los crucigramas indescifrables, algunas pinturas de Matisse o Dalí, los collage mal hechos (¿cómo será eso?), la burocracia de la U, las oficinas del Cosevi, las filas en el banco, gastarme la plata antes de que llegue el viernes, las ferias de arte, la falta de crítica, los que critican a lo loco, la voz del mae de Maná, Arjona en todo sentido, los libros comercialísimos como El Secreto, que en radio siempre pongan las mismas canciones de Pink Floyd, los discos rayados, las novelas argentinas, las tetas demasiado gigantescas, no haber ido al concierto de Charly, los huecos en la calle, los que manejan y no ponen direccional, comerme las uñas por andar ansioso, el cuarto hecho un despiche, el frío en los pies, no meter un gol casi muerto, pasar horas en Internet sin encontrar lo que buscaba, un bar escandaloso, la hipocresía exagerada, la humillación, Bush y demás seres y entidades que se están cagando en todo, que tiren basura al suelo, los borrachos necios, la intolerancia religiosa, los huecos en las medias, el humo del Derby duro, los libros caros, los tenis muy tallados, no saber dónde poner lo hallado, aguantar las ganas de orinar, más aún de cagar, el sonido de la licuadora, los vecinos de la izquierda, los menus sin precios, los charcos de agua de los vasos o de las botellas, la falta de todo, las canciones cursis, las películas dobladas………

24 julio 2008

Yves Klein, IKB 3 vs. Mario Benedetti, Rostro de vos



Nunca he visto eso en la literatura...

pero nunca he visto esto en la pintura:

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto y por sabor.

Sin un temblor de más,
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna maldición.

Mis huéspedes concurren,
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor.
Yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan la jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos.

Y es una soledad
tan desolada.


¿Alguien sí? ¿Dónde?

21 julio 2008

"Hagamos un cuadro que signifique..."

"Bueno, hagamos un cuadro que signifique la diversidad y el compromiso social de la Universidad de Costa Rica"

Para los que nos resulta absolutamente aburrido plantearnos un ejercicio de esta manera, propongo algunas ideas que se me van a ir viniendo a la cabeza (a manera de ejemplo nada más):
  • Tome el cuento "Puzzle" de Cortázar, léalo por supuesto, y vea que se puede sacar de ahí. Me atrevería a decir que pueden surgir como 100 imágenes de ese texto.
  • Trate de hacer una lista o dibujar o describir bla bla bla toda esa cantidad de imágenes, tal vez se pueda llegar a 100 o más.
  • Agarre un papel de acuarela, un 8B, métase en una piscina, concéntrese en aguantar la respiración y dibuje conforme a su desesperación.
  • Pregúntele a 15 personas que significa para ellos la palabra "cama" y busque algo para hacer con esas 15 respuestas.
  • Deje un lápiz y un papel a mano antes de dormir. Apenas se despierta a la mañana siguiente trate de dibujar cualquier cosa que haya soñado o recuerde.
  • Lo más sencillo: tome un lápiz, un papel y dibuje sin pensar en nada.
  • Tome tres imágenes, tal vez tres pinturas, una de Picasso, otra de Bacon y una de Manuel de la Cruz. Superpóngalas, mézclelas y siga trabajando, trabajando, trabajando...
  • Vaya recolectando poco a poco objetos, textos, imágenes, dibujos, etc, que le interesen. No los guarde, póngalos a la vista en los lugares que más frecuenta. Deje que pase el tiempo, que se acumulen muchos... no sé que va pasar, todavía lo estoy haciendo.
  • Escoja una persona, analice sus gestos en una determinada acción (por ejemplo cada que vez que toma un sorbo de café al desayuno), y veálo bien la cantidad de veces o días que quiera o necesite hasta poder representar su gesto sin la presencia de esa persona.
  • Póngase restricciones también: tome un cuchillo, use sólo el blanco y el negro, colóquese frente al espejo y píntese en la tela durante sólo 5 minutos.
  • Haga un dibujo, tome una foto, un escaneo o lo que sea y guárdelo donde no lo vea, ojalá durante semanas. Sáquelo un día y retome la idea que llevaba. Tal vez vuelva a guardarlo y siga repitiendo el proceso hasta que sienta que ya agotó la idea.
Creo que esta lista es ínfima comparado a lo que en realidad es capaz uno para crearse un problema que permita trabajar. Lo que usted haga puede terminar arrugado y en el basurero, pero si no es así, puede seguir trabajando y encontrando más caminos a partir de ese problema que se había planteado. Las posibilidades son inimaginables. A partir de un solo acto se puede crear una cadena interminable de posibilidades que pueden rendir para toda la vida, es más, yo creo que hacemos eso solamente que con más actos, lo que pasa es que el tiempo es corto y las cosas no son tan sencillas como parecen.

Después de varios años de estar aprendiendo acerca de la pintura creo que esto es lo más importante que puedo decir. Y por sobre todo lo que la pintura es en sí, creo que esto es lo que más me importa. También creo que la palabra pintura no es suficiente.

14 julio 2008


"Todas las hojas son del viento, ya que él las mueve hasta en la muerte"

(No es una ilustración de una canción, en realidad se trata de una comparación de interpretaciones, entre el grabado y la frase. La frase la uso aislada de la canción y la coloqué como título)

12 julio 2008



"¿Por qué no puedo desgarrarme la piel hasta lograr un vacío?"