15 abril 2009

inocentada


de carajillo cuando visitaba playas me intrigaban las dos puntas en sus extremos. Cada punta era eso: un punto, y todo el horizonte entre ellas parecia una inmensidad. Deseaba estar ahi, en el punto, con la sensacion de estar en un lugar que unos minutos antes era solo un punto y cuando creia haber llegado me sentia perdido, comparaba las formas de las rocas que habia visto de lejos con las que tenia en frente para ubicar ese punto con exactitud, pero era inutil. No habia punto, estando ahi solo me quedaba una percepcion de un espacio, asi que me olvidaba del punto y me detenia a observar ese espacio... que circulo vicioso! que autoangustia! que necedad!, porque de inmediato encontraba otras dos puntas nuevas... te lo haces a ti mismo, solo tu y nadie mas.