26 septiembre 2009

otra vez los textos

Quiero llegar al centro y subir, hasta lo alto. Tocar el borde y pararme ahí, quieto. Y ver nada porque todo está tapado ya. Y no lo soportaré. Ahí una línea, eterna, hacia abajo. Ahí voy a dormir.

El borde es siempre recto, adentro se escribe…

A veces, en veces, algunas veces
todo parece plano, no se levanta
otras
va uno al punto más alto
se padece, también se descansa.

Yo veo papeles, hojas
rayas con violencia
una capa infinita de personas
se ve sobre la mesa.
Cocina, platos, tenedores.

La tapa azul se abre
y abre la posibilidad
la x siempre marca el punto
inexacto claro,
cómo saberlo si la x se hace sin saberlo
pero queriéndola.
Se niega y se aprueba.

13 agosto 2009

Libro abierto

El libro abierto, página... Apareció la sombra de unas palabras tapando otras palabras. Eso si sería un libro cruel, pero existe, hoy lo encontraron. El lector se atormentó su día descifrando la situación y no llegó a nada.

La página es así:


y entonces se fueron. Los bordes de lo blanco son aún más blancos, no se ven. Ahí va él, con el cuento en las manos y ella, cruzando de calle en sentido contrario al tipo con el cuento en las manos. Lo blanco los frenó, él se detuvo y retrocedió una cuadra hasta llegar a la esquina de la despedida. Ella frenó y empezó a cruzar nuevamente la calle. Se toparon, la despedida fue una estupidez, era que querían estar todo el día juntos. Nadie se opuso. El libro de cuentos estaba vacío pero cada cierto número de páginas traía letras enormes, algunas ni cabían en la hoja. Cualquier lectura posible era inútil, pero ella insistía en que era un libro de cuentos.

El borde blanco se presenta hasta lo finito, todos quieren dormir ahí. El ave duerme sobre ellos, nunca. Nunca ha dormido sobre ellos, eso es verdad y lo anterior era mentira. Llegaron a su apartamento y el bebé lloraba, no. No había bebé, eso es verdad. Llegaron a su apartamento y cantaron “la lluvia te hace cosquillas”, pff! El dedo se posa sobre el borde apoderándose de la situación y lo blanco queda en penumbra, .........no hay nada ....................... El ded ..........cami .....................cuen......................................
.........Aquí el .......cam.... lejos .......sd .....polar de casi ...........un
.........años ti ................te ....ste .........................ves ....q .....est ...de ....alqui nos .....v ........os ...d ........ , ...................................lo blanco.

03 agosto 2009

El curso natural de las cosas

El tiempo tiene que pasar



Hay que dejarlo actuar, que se manifieste




Estoy aquí de nuevo, cuestionándome, cómo lo disfruto… es desgastante seguir haciendo las cosas como las venía haciendo y creo que estoy a punto de matar una o unas ideas en mi cabeza…. Lo quiero tanto y lo necesito

Los años en la U han sido buenos, pero el método ya no funciona más. Las aspiraciones del método que aprendí ahí ya no calzan con las mías. Mi comprensión de lo que yo quiero hacer, por decirlo así, o mi comprensión del arte me está llevando a un lugar donde lo que me han enseñado y lo que adopté ya no está funcionando. Y eso necesito destruirlo. Esto es nada más el curso natural de las cosas o el tiempo manifestándose.

El concepto más pesado y por eso el que más me importa desaparecer es el de “obra”, y por consiguiente el de boceto. Ninguno sirve, nada es boceto y nada es obra. Cuando estoy trabajando yo no tengo realmente claro cual es el punto al que quiero llegar, no sé cuando acabará un proyecto, lo cual no quiere decir que no tenga un objetivo, solamente que el motor de mi método no se basa en una meta, sino en el aquí y ahora. No se cómo ni por qué, pero cuando estoy trabajando se claramente lo que tengo que hacer (el corazón late más rápido, en serio. Y no queda más que hacer, moverse o reaccionar para satisfacer eso que está haciendo que el corazón se sobresalte). No se si me habré explicado pero por estas razones creo que nada es boceto ni obra. (Estoy seguro de no haberme explicado bien, pasé casi 10 minutos escribiendo este párrafo y aún así no quedé satisfecho)

Si sigo pensando como lo venía haciendo sólo voy a toparme con frenos o una que otra frustración, puesto que hay algo que no está calzando.


Estas palabras de Didi-Huberman en una entrevista me parecen sumamente útiles y al igual que él, así lo creo:
“Por eso el «síntoma» es tan importante para mí, porque es un concepto semiótico –habla del significado–, pero es también corporal. Y esto es precisamente lo que es un gesto: un movimiento del cuerpo que está investido de cierta capacidad de significado o de expresión. Por lo tanto, lo que nos interesa es, en realidad, lo que ocurre entre el mundo de los signos y el mundo del cuerpo. Eso es una imagen”.

Existe el Síntoma, eso es lo que debo trabajar a diario. Y la gente, los espectadores, no lograran comprender si no empiezan su lectura en esta clave… el síntoma es lo que mueve al pintor. De ahí que sea extremadamente importante para mí la relación entre lo representado y la actitud que adopto al momento de trabajar lo representado. Lo que mueve mi actitud o lo que la configura es el síntoma.

Existe también un filtro que se encarga de seleccionar los referentes, pero yo no quiero ser completamente consciente de cuál es ese filtro ni de cómo funciona exactamente, ¿debería? No me parece. Lo que si creo es que el síntoma del que hable anteriormente tiene su influencia sobre ese filtro.


Me siento muy seguro de poder decir que las imágenes son un lenguaje completamente distinto a las palabras, y no puedo seguir interpretando las imágenes con la misma clave de los textos.





Ahora estoy aquí en mi cuarto y no entiendo completamente que es todo esto que me rodea, por qué las paredes así. Si sobre todo las paredes, porque tan limpias, tan bien pintadas, los posters tan bien pegados, tan alineados. El techo tan blanco, sin nada. Bueno si, un papelito nada más (“Hombre que mira al techo”, de Benedetti), pero tan blanco todo. Yo debería poder rayar todas esas superficies, rasparlas también y tirarles cosas, pegar un pedacito de tape sin razón, sin que sostenga nada, sólo porque su existencia lo justifica todo. Y guindarle cosas al techo, una cuchara de plástico colgada de un hilito y también una aguja, una página de libro arrancada, sin respeto, porque me encanta o porque la detesto. Un dedo sobre esa página y una línea por encima que lo atraviesa todo. Así como está ahora debo decir que este no es mi cuarto, aunque quisiera que lo fuera, y llevo como 10 o más años con esta habitación. Tiene algunas servilletas en los estantes, esas que se usan para que el sudor del vaso no manche la madera, eso es muy mío. ¿Cómo podría uno deshacerse de una servilleta que nada más está húmeda? Hay papeles que no me sirven de nada, son un montón, volantes, facturas, recibos, panfletos, etc., todo papel que recoge uno a lo largo del día termina sobre el estante. Eso también me pertenece.



Lucas es tuanis, ahora está medio ruleado detrás de mí




Va uno al parque y empieza a ver todo lo verde. Ahí no hay intentos de árbol y tampoco existe “el árbol”, son todo lo mismo, al igual que el zacate y la mala hierba, las flores, los laureles, no hay bocetos de laurel ni “el laurel”, sólo los laureles. No hay boceto ni obra. Ahora si, ¿explicado?

Seguiré intentando el contacto sincero con el material, eso es real. NO más por hoy.


Arcas finas,
yo no tengo arcas finas
sólo cajas de zapatos.

Volantes viejos
la música en los oídos, la guitarra increíble

La sombra de una botella sale por la celosía,
la persiana no me deja ver el fin

El vaso con el hielo
y claro
la servilleta debajo
amanecerá seca

Lo blanco del techo
no se parece en nada a la música y la guitarra increíble

Me queda un respeto por lo escrito
y por no borrar nada.

29 julio 2009

Palabrería

En enero no hay polvo
ni adioses de primera
la boca resuena
y el hambre pasa volando.

Un mecate amarillo
te arrastra
y muestra los dientes

La familia es un bloc cuadriculado
cómo los quiero
Mi nariz la llevo a todo lado
ahí también

monton de farsas
que invento para escribir
alguna palabrería

En Granada

Entramos al restaurante y nos topamos con que los dueños tienen una biblioteca bien tuanis para cualquier consulta del consumidor. La mesa en que me senté estaba justo al frente de una estantería. Era cuestión de estirar la mano. Así al azar salió un libro, una antología poética de Juan Ramón Jiménez, lo abrí y decía así:

Poesía 377

El chorro de agua entre el verdor primero
dejad las puertas abiertas
ya oscuro
la corriente infinita
ante la sombra virgen
Ven ya del fondo de tu cueva oscura...
Fiesta
ese día, ese día...
Tardes en que estarás quizás unida, Obra
auroras de Moguer
vuelta
por octubre claro, vivo
anochecer
luz
niños
Cuerpo desnudo y alma libre...
La mujer, con la música
el pajarito verde
no me mirarán diciendo...

10 julio 2009

¿y qué posición toma uno?

Las lecturas sobre el vacío y lo real las hago porque necesito comprender la manera en que se trabaja el significado y el referente. Como bien lo indicaba Barthes, la desintegración del signo se da a través de la plenitud o del vaciado de éste. Ha existido en mí últimamente un conflicto que me lleva a cuestionar la representación. Creo que mis proyectos fundamentales en lo que va del año han sido la búsqueda de una metodología y llegar a comprender como entra el significado en la imagen, para trabajarlo casi liberalmente. Las reflexiones sobre una pintura vacía me han llevado a la conclusión de que se trata de ejercicios interesantes pero que el objeto vacío no existe. Sería algo así como la experiencia estética final o divina para los que nos tomamos esto casi como una religión.

Cuando he querido cuestionar la representación a través del uso de esa plenitud que llama Barthes he pensado en el uso del material, tal vez en un exceso de retórica a través de la materia o mejor dicho en una representación tan directa cuyos materiales no son otros más que los que pretende representar. Así: hice un primer intento esparciendo aceite de cocina sobre la foto de la carne, complementándolo con óleo para dar una sensación más grotesca. Dicho así no es del todo radical, la plenitud no existe aún en su grado máximo, por lo que termina uno imaginando el pedazo de carne con aceite sobre el sartén, sólo que pegado en la pared, haciendo la función de objeto estético. Tal vez no sea ese el grado máximo y tenga uno entonces que recurrir a una acción. Tal acción sería cocinar el pedazo de carne en la cocina de un hogar, con todas las condiciones necesarias de un ambiente casero. En síntesis, una acción sustraída de todo ambiente que considere la acción como objeto de consumo artístico… ¿Cómo putas entonces considera uno como arte una típica acción que sucede en cualquier lugar?

El párrafo anterior me llevó a esa estúpida conclusión, y es así, puesto que todo individuo pasaría toda su vida haciendo arte… parir sería arte, decir hola sería arte, echarse una birra sería también arte, etc etc etc.... así el típico anuncio publicitario de “El arte de sjaskddk (ar-er-ir) su X mierda” sería tan real, existiría por todo lado y en boca de cualquiera. Tal vez existirían etiquetas para todo que dijeran “arte”, al punto de hacer etiquetas “con arte” para pegar en las “etiquetas con arte” y las etiquetas inundarían nuestro mundo acabando definitivamente y de una vez por todas con el ser humano… esos son los efectos dañinos de pensar de más… y estúpida conclusión como se decía antes, no se hable más.

Sabiendo que no todo es, puede o debería ser arte me dirijo entonces a la otra posición, la del vaciado del signo. En el texto de Didi-Hubermann (Lo que vemos, lo que nos mira) que aún no he terminado, comprendí que lo minimalista acabó casi autodestruyéndose. Los títulos no funcionaban o los espacios donde eran colocados los objetos los desfavorecían, o tan sólo el hecho de representar un vacío matéricamente ya representaba un problema que planteado racionalmente parece que no tiene solución, a pesar de que la idea que subyace en la obra plástica fuera sumamente elocuente.

Alcanzar el grado máximo del vaciado podría llevarlo a uno a pensar en que no hay que hacer absolutamente nada para hacer arte, así nuevamente todos podrían hacer arte en cualquier momento, lugar y bajo cualquier condición, bastaría con no hacer nada. Habría entonces que permanecer en un estado de reposo, casi que con la mente en blanco… como en un estado de meditación budista. Así todos los artistas permanecerían impávidos hasta la muerte, viendo a ver cual sería el más pichudo haciendo arte. Pero no funciona simplemente con no hacer nada, puesto que eso es algo. Ultimadamente el artista conceptual más pichudo sería el que cada artista conceptual llevara en su mente, y así sucesivamente en cada mente de artista conceptual (vivo o conceptual): la cadena más larga se asegurará de tener al artista conceptual más “puro”.

Para no seguir con esos excesos, entonces, a pesar de las dudas, de los cuestionamientos sobre la representación, la expresión, el signo, el lugar del significado, etc, y a pesar de que nunca se está seguro no queda más que meterse a la cancha y empezar a volar patadas. Claro que cuando se acostumbra ya se puede empezar a tocarla bonito.

15 junio 2009

entre esta entrada y...

esta otra entrada hay...

... una distancia, un espacio imperceptible. O tal vez un vacío. Yo y me necedad de encontrar vacíos cuando ya de antemano sé que no los hay. Así como entre ud y yo hay una distancia o un vacío, entre estas dos entradas está esa misma distancia.

¿Qué putas con lo virtual? ¿Dónde está lo táctil de toda esta vara? Los espacios en lo virtual parecen infinitos o no existen... ¿entonces cómo llegar a uds?

ay no se de qué estoy hablando, mejor otro día...

Ensayo / Primer tríptico sobre el vacío de los papeles

mano, experimento

"....-´`"

08 junio 2009

lo que anda por ahí frecuentemente...

...como la inspiración, no creo en la inspiración.

Tampoco en esa psicología del retrato (o metafísica si también se le puede llamar así, yo que sé).

Una carta de Magritte de 1960 dice así:
"Una falsa idea sobre la pintura está muy extendida: la pintura se quiere atribuir el poder de expresar los sentimientos, cuando es en realidad incapaz de hacerlo. La razón de este error proviene de la interpretación dada a aquello que acontece cuando miramos una obra de arte: acontece que nos emocionamos cuando miramos un cuadro. Deducir por lo tanto que el cuadro expresa la emoción experimentada es creer implícitamente que, por ejemplo,una cebolla expresa las lágrimas que caen cuando la pelamos.
La relación cebolla-lágrimas es cierta y la relación cuadro-emoción del que lo contempla no lo es menos. Pero expresar los sentimientos sólo corresponde al ser pensante".

Tampoco creo en el alma, en el alma de nada.
De esto ya hace varios años, ahí anda uno poco a poco con la idea metida en la cabeza. Sólo me queda la percepción del objeto y los sujetos como materia, objetos al fin. Claro que siempre me queda una duda de todo, y hoy digo todo esto con cierta reserva.

Creo en el material.
También en una pintura de conjunto. No se cómo llamarle, pero me refiero a crear obras de 2, 3, 4, 5... pinturas haciendo un juego de relaciones. Creo en la yuxtaposición.
Y la pintura es siempre materia, y el valor o significación del material viene de su yuxtaposición con otros materiales.

Hay que aprender a trabajar los materiales. Falta mucho camino por recorrer.

Va de nuevo: ni alma, ni personalidad del retrato, ni inspiración... y por dicha de vez en cuando me burlo de mí mismo y de la pintura. Me parece lo más sano.

Es tan rico creer y más rico transgredir esa creencia que se ha construido con tanto esmero. De tanto hacer y deshacer algo va quedando. Creo en los restos y lo que resiste.

24 mayo 2009

Paul Klee / Busto de un niño


Después de tanto tiempo de no hacerle caso, hoy entendí algo sobre la obra de Klee y es toda una emoción, me parece increíble. Después les cuento.

18 mayo 2009

***2

yo veo canciones de pájaros
mangos
mandarinas
la ciudad desde lo alto impensable
tantos techos, hojas
y nada de rostros;
aquí está el otro
auxiliando tu existencia
pero
¿y a quién le mentimos hoy?
yo veo charcos de botellas
la hiedra muy de cerca
el viento en el pelo
y un fondo azul encandilando
pero
¿y quién podría mostrarse el más vulnerable ante otros?

17 mayo 2009

***

yo veo canciones de pájaros
letras plásticas grasosas
mangos
mandarinas
la ciudad desde lo alto impensable
nada de tantas caras, pero si de tantos techos
puentes amarillos
la mente te sorprenderá
aquí está el otro
auxiliando tu existencia
pero...
¿ y a quién le mentimos hoy?
aquí hay alas de comején
y un fondo azul encandilando
yo ya no sé dónde mirar.

*

¿Cómo sacar a la pintura del sentido? Yo quisiera 1 pintura vacía, dejar de lado esa retórica que tanto nos gusta... sería un paraíso de todos nosotros, el goce estético final jaja... mejor decir:
"¿y adónde son hoy mae?... si si yo llevo"
Chao

15 abril 2009

inocentada


de carajillo cuando visitaba playas me intrigaban las dos puntas en sus extremos. Cada punta era eso: un punto, y todo el horizonte entre ellas parecia una inmensidad. Deseaba estar ahi, en el punto, con la sensacion de estar en un lugar que unos minutos antes era solo un punto y cuando creia haber llegado me sentia perdido, comparaba las formas de las rocas que habia visto de lejos con las que tenia en frente para ubicar ese punto con exactitud, pero era inutil. No habia punto, estando ahi solo me quedaba una percepcion de un espacio, asi que me olvidaba del punto y me detenia a observar ese espacio... que circulo vicioso! que autoangustia! que necedad!, porque de inmediato encontraba otras dos puntas nuevas... te lo haces a ti mismo, solo tu y nadie mas.

29 marzo 2009

alguien que me dibuje esto, que despiche:

Si un cono es cortado por un plano a través de su eje, y también es cortado por otro plano que corte la base del cono en una línea recta perpendicular a la base del triángulo axial, y si adicionalmente el diámetro de la sección es paralelo a un lado del triángulo axial, entonces cualquier línea recta que se dibuje desde la sección de un cono a su diámetro paralelo a la sección común del plano cortante y una de las bases del cono, será igual en cuadrado al rectángulo contenido por la línea recta cortada por ella en el diámetro que inicia del vértice de la sección y por otra línea recta que está en razón a la línea recta entre el ángulo del cono y el vértice de la sección que el cuadrado en la base del triángulo axial tiene al rectángulo contenido por los dos lados restantes del triángulo. Y tal sección será llamada una parábola

Apolonio de Perge

11 marzo 2009

Pintura informal y materica


href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDP-_mS8bH1WcHdM1WOT9jHxxSUV_M8rBbmImJgRFeIsS2ggUtvzKJn9QBLm-Zgu3i83qgqhxz5sh-49eifM5dQQk8HpIUJlGPV7QSM6EY8mcKwbJRgjMvdKDTIMdO1i1p7cqPiiGIok80/s1600-h/rauschenberg2-3Pilgrim-1960.jpg">




En "La estructura ausente" (1968), de Eco, me encontré con algunos párrafos dedicados al problema de la pintura informal, donde pareciera que no existe un código subyacente al mensaje. Así va el texto (en pedazos, no voy a citarlo completo):

"Con todo, en los cuadros informales parece reconocerse la presencia de una regla, de un sistema de referencias, aunque sea muy distinto de aquellos a los que estamos acostumbrados... La clave nos la dan los mismos pintores cuando dicen que interrogan las nervaduras de la materia, de la tela de saco o del heno, para descubrir sistemas de relaciones, formas, sugerencias de dirección operativa. En una obra informal, por encima o por debajo del nivel físico-técnico, del nivel semántico, o del nivel de los universos ideológicos connotados, hemos de identificar una especia de nivel micro-físico cuyo código extrae el artista de las estructuras de la materia con la que trabaja... De tal manera que los posibles niveles de la obra se rebajan al nivel micro-físico... Lo que hace que algunos crean que el mensaje informal no es comunicativo; en realidad lo es de una manera distinta. Y al margen de la teorizacion semiótica, los mensajes informales han comunicado alguna cosa, si han modificado nuestra manera de ver la materia, los accidentes naturales, la cualidad de los materiales, y nos han predispuesto de una manera distinta respecto de ellos, ayudandonos a conoce mejor estos hechos que antes se atribuían a la casualidad y en los que actualmente se busca casi instintivamente una intención artística y, por lo tanto, una estructura comunicativa, un idiolecto, un código."

"Aquí se plantean serios problemas: si la característica de casi todas las obras de arte contemporáneas es la fundación de un código individual de la obra, la mayor parte de las veces este código no puede ser individualizado sin ayuda exterior y, por consiguiente, sin un enunciado de poética. En un cuadro abstracto o concreto, la instauración de un código original e inédito pasa a segunda linea respecto a la aparición del código gestaltico de base (en otras palabras, se trata como siempre de ángulos, curvas, planos, oposiciones de signos geométricos, ya cargados de connotaciones culturales). En cambio en un cuadro informal, en una composición serial, en algunos tipos de poesía nueva, la obra instaura un código autónomo. La obra es la fundación de la reglas inéditas que la rigen; pero en cambio, solo puede comunicar con los que conocen estas reglas. De ahí la abundancia de explicaciones preliminares que el artista tiene dar sobre su obra... La obra aspira a una tal autonomía respecto de las convenciones vigentes que funda un sistema de comunicación propio; pero solo llega a comunica apoyandose en sistemas complementarios de comunicación lingüística (enunciado de la poética), utilizados como metalenguajes respecto a la lengua-código instaurada por la obra."

"Las distintas tendencias post-informales, de la nueva figuración al assemblage, el pop-art y sus expresiones afines, trabajan de nuevo sobre la base de códigos precisos y convencionales. La provocación, la reconstitución de la estructura artística, se actúa a base de estructuras comunicativas que el artista ya encuentra formadas:el objeto, el cómic, el cartel, la tela floreada, la Venus de Botticelli, la placa de Coca-Cola, la Creación de la Capilla Sixtina, la moda femenina... el artista que los utiliza los convierte en signos de otro lenguaje y a fin de cuentas instituye un nuevo código de la obra que el interprete debe descubrir; el descubrimiento de un código inédito en cada obra (o cuando menos, para cada serie de obras de un autor) es una constante del arte contemporáneo: pero la institución de este nuevo código actúa dialécticamente frente a un sistema de códigos preexistente y reconocible."

"En una palabra, el pintor opera lo que Levi-Strauss llamaba una fisión semántica, a propósito del ready-made."

"He aquí traducida en términos comunicativos una situación típica del arte de los años sesenta y que se origina en lo que con frase convencional se ha calificado como la 'crisis de lo informal'... Por ello se ha venido buscando una mayor adhesión a las condiciones básicas de la comunicación, que en experiencias precedentes habían sido llevadas hasta el desafío y la rarefacción. Ahora se vera si trata de un retorno a los orígenes de una dialéctica comunicativa que se ha demostrado que era insuperable o de una retirada momentánea para reunir fuerzas y practicar un nuevo examen critico. Los ejemplos mas recientes de minimal ar, junk art, etc., pueden ser examinados con este enfoque."

Las obras siguientes son posteriores a la época en la que el informalismo tuvo su desarrollo y se alejan un tanto de este, pero que creo pueden funcionar a dar una explicación (no a través de palabras, que dicha!) sobre la forma en que cada una elabora esa "fisión semántica". Tienen en común una excelente representación del cuerpo y las situaciones humanas detrás de estos.