03 agosto 2009

El curso natural de las cosas

El tiempo tiene que pasar



Hay que dejarlo actuar, que se manifieste




Estoy aquí de nuevo, cuestionándome, cómo lo disfruto… es desgastante seguir haciendo las cosas como las venía haciendo y creo que estoy a punto de matar una o unas ideas en mi cabeza…. Lo quiero tanto y lo necesito

Los años en la U han sido buenos, pero el método ya no funciona más. Las aspiraciones del método que aprendí ahí ya no calzan con las mías. Mi comprensión de lo que yo quiero hacer, por decirlo así, o mi comprensión del arte me está llevando a un lugar donde lo que me han enseñado y lo que adopté ya no está funcionando. Y eso necesito destruirlo. Esto es nada más el curso natural de las cosas o el tiempo manifestándose.

El concepto más pesado y por eso el que más me importa desaparecer es el de “obra”, y por consiguiente el de boceto. Ninguno sirve, nada es boceto y nada es obra. Cuando estoy trabajando yo no tengo realmente claro cual es el punto al que quiero llegar, no sé cuando acabará un proyecto, lo cual no quiere decir que no tenga un objetivo, solamente que el motor de mi método no se basa en una meta, sino en el aquí y ahora. No se cómo ni por qué, pero cuando estoy trabajando se claramente lo que tengo que hacer (el corazón late más rápido, en serio. Y no queda más que hacer, moverse o reaccionar para satisfacer eso que está haciendo que el corazón se sobresalte). No se si me habré explicado pero por estas razones creo que nada es boceto ni obra. (Estoy seguro de no haberme explicado bien, pasé casi 10 minutos escribiendo este párrafo y aún así no quedé satisfecho)

Si sigo pensando como lo venía haciendo sólo voy a toparme con frenos o una que otra frustración, puesto que hay algo que no está calzando.


Estas palabras de Didi-Huberman en una entrevista me parecen sumamente útiles y al igual que él, así lo creo:
“Por eso el «síntoma» es tan importante para mí, porque es un concepto semiótico –habla del significado–, pero es también corporal. Y esto es precisamente lo que es un gesto: un movimiento del cuerpo que está investido de cierta capacidad de significado o de expresión. Por lo tanto, lo que nos interesa es, en realidad, lo que ocurre entre el mundo de los signos y el mundo del cuerpo. Eso es una imagen”.

Existe el Síntoma, eso es lo que debo trabajar a diario. Y la gente, los espectadores, no lograran comprender si no empiezan su lectura en esta clave… el síntoma es lo que mueve al pintor. De ahí que sea extremadamente importante para mí la relación entre lo representado y la actitud que adopto al momento de trabajar lo representado. Lo que mueve mi actitud o lo que la configura es el síntoma.

Existe también un filtro que se encarga de seleccionar los referentes, pero yo no quiero ser completamente consciente de cuál es ese filtro ni de cómo funciona exactamente, ¿debería? No me parece. Lo que si creo es que el síntoma del que hable anteriormente tiene su influencia sobre ese filtro.


Me siento muy seguro de poder decir que las imágenes son un lenguaje completamente distinto a las palabras, y no puedo seguir interpretando las imágenes con la misma clave de los textos.





Ahora estoy aquí en mi cuarto y no entiendo completamente que es todo esto que me rodea, por qué las paredes así. Si sobre todo las paredes, porque tan limpias, tan bien pintadas, los posters tan bien pegados, tan alineados. El techo tan blanco, sin nada. Bueno si, un papelito nada más (“Hombre que mira al techo”, de Benedetti), pero tan blanco todo. Yo debería poder rayar todas esas superficies, rasparlas también y tirarles cosas, pegar un pedacito de tape sin razón, sin que sostenga nada, sólo porque su existencia lo justifica todo. Y guindarle cosas al techo, una cuchara de plástico colgada de un hilito y también una aguja, una página de libro arrancada, sin respeto, porque me encanta o porque la detesto. Un dedo sobre esa página y una línea por encima que lo atraviesa todo. Así como está ahora debo decir que este no es mi cuarto, aunque quisiera que lo fuera, y llevo como 10 o más años con esta habitación. Tiene algunas servilletas en los estantes, esas que se usan para que el sudor del vaso no manche la madera, eso es muy mío. ¿Cómo podría uno deshacerse de una servilleta que nada más está húmeda? Hay papeles que no me sirven de nada, son un montón, volantes, facturas, recibos, panfletos, etc., todo papel que recoge uno a lo largo del día termina sobre el estante. Eso también me pertenece.



Lucas es tuanis, ahora está medio ruleado detrás de mí




Va uno al parque y empieza a ver todo lo verde. Ahí no hay intentos de árbol y tampoco existe “el árbol”, son todo lo mismo, al igual que el zacate y la mala hierba, las flores, los laureles, no hay bocetos de laurel ni “el laurel”, sólo los laureles. No hay boceto ni obra. Ahora si, ¿explicado?

Seguiré intentando el contacto sincero con el material, eso es real. NO más por hoy.


Arcas finas,
yo no tengo arcas finas
sólo cajas de zapatos.

Volantes viejos
la música en los oídos, la guitarra increíble

La sombra de una botella sale por la celosía,
la persiana no me deja ver el fin

El vaso con el hielo
y claro
la servilleta debajo
amanecerá seca

Lo blanco del techo
no se parece en nada a la música y la guitarra increíble

Me queda un respeto por lo escrito
y por no borrar nada.

4 comentarios:

_ dijo...

no se si "me encantó" lo englobe de la mejor manera, a lo mejor más bien es un alto grado de identificación que ud ya sabe..
mierda! y qué bueno!

CAPTCHA de hoy: keelab (si no pongo esto no puedo comunicarme con ud vía blog.. eso es absurdo)

Amanda dijo...

Uuuooo...
:O

Clap clap clap

marímura dijo...

cierro el cuateto.
creo que esperaré al siguiente encuentro. Pa hablate.
(pa tus paredes)
(pa ver si no-entiendo)

Schindleria Praematurus dijo...

"eviali" (otro captcha, coleccionar captcjas: mi consigna)