17 febrero 2010

Una pasada de mis pensamientos

Yo escribo sobre pintura, eso es a lo que me dedico de vez en cuando en este blog, no me importa si los canso con tanto cuento pero estoy seguro que este es mi aporte. Pensar si de verdad vale la pena escribir sobre pintar nunca me va a dejar en paz, pero siempre termino clarificando mis ideas así que sigo haciéndolo. Intento hablar desde mi perspectiva y nunca es un absoluto lo que escribo ni abarca tanto como quisiera.

Trataré de aclarar mi interés por los objetos, la materialidad, lo real, la carnalidad de la pintura, la sensación de corporalidad que envuelve toda mi vida y la forma en que intento llevar eso de un nivel simbólico a uno real (esto todavía me tiene pensando si es posible describirlo así). Y ¡Ja! Qué tan pretencioso suena esto, sin embargo voy a intentarlo. Estoy bastante seguro de que gran parte de todo lo que hago va dirigido a estos intereses y tengo una gran necesidad de explicarme con imágenes (Este intento con palabras ya empieza a tropezar con la racionalidad).

Se trata de algo que tienda más a “estar ahí” que a “narrar”. Si bien se que la pintura tiene gran capacidad de narrar, prefiero su aspecto inherente de simplemente ser, algo que con la no-figuración o el arte informal se ha recalcado.

La pintura detiene el transcurso de las cosas, congela una narración o capta el estatismo de los objetos. Lo que está quieto en la realidad está quieto también en la pintura. Se pasa por alto a veces algo tan básico como que la pintura es una parte de todo lo que existe en la quietud.

Puesto así lo que se da es un puente por el que transitan las interpretaciones, pero más pretendo que sea un puente entre dos asuntos reales: “la realidad” y la “realidad” de la pintura.

La “realidad de la pintura” parece que es lo que más me he empeñado en demostrar y en aclararme. Cuando se pinta para crear una ilusión no se hace tratando de describir al objeto o de pintarlo tal como es (cómo diablos se logra esto no se), por lo que para mi es preferible pintar lo que siento sobre las apariencias y aquí hay una gran diferencia en cuanto al método para proceder (al menos en mi cabeza). A fin de cuentas mi conclusión es que eso que está puesto sobre la superficie de la tela no sólo es una interpretación de lo real, sino es lo real mismo. Sólo así entiendo que yo me tome esto tan en serio.

No se por hoy hasta dónde más ir, es que se avanza lento, por eso dejo el texto aquí cortadísimo. A veces lo más real pareciera la no-figuración y los referentes un estorbo, a veces no.

En una entrevista a Gerhard Richter, este dice:

“los cuadros abstractos son modelos ficticios, porque visualizan una realidad que no podemos ver ni describir, pero que, no obstante, podemos llegar a la conclusión de que existe. Asignamos nombres negativos a esta realidad –lo desconocido, lo incomprensible, lo infinito- y durante miles de años lo hemos representado por medio de imágenes sustitutivas como cielo e infierno, dioses y demonios. Con la pintura abstracta hemos creado un medio mejor para dirigirnos a lo que no se puede ver ni comprender, porque la pintura abstracta ilustra con la máxima claridad, es decir, con todos los medios a disposición del arte, “la nada”. (…) No es un juego ingenioso; es una necesidad, y como todo lo desconocido nos asusta y nos llena de esperanza al mismo tiempo, tomamos estas imágenes como una explicación posible de lo inexplicable o, por lo menos, como una forma de manejarlo”.

Lo más real, aunque se dice ser un modelo ficticio, pareciera representar con los medios a disposicón del arte ningunda otra cosa más que los medios a disposición del arte, o sea nada.

2 comentarios:

_ dijo...

Mae esto está muy bueno. Lo más rescatable es que aun en el caos, veo que va aclarando ideas (tampoco inamovibles supongo) pero ya tiene una línea (o varias) que van apuntando sin tambaleos profundos.
Escribir es de las mejores maneras para lograr acomodos de masa encefálica y es un muy buen comienzo para empezar a pensar a partir de lo escrito, como un asidero raro de la memoria -o algo así-
El final está magnífico, casi sentí que se trajo abajo todo lo demás.. pero además legítimo de cuestionar.
Salut! y que siga la cuestión...

Jose Pablo Ureña dijo...

jaja un asidero de la memoria, de fijo mae, eso que dice es muy cierto... tuanis por leer...

Y creo que ese final lo voy a aclarar pronto.