15 junio 2009
esta otra entrada hay...
... una distancia, un espacio imperceptible. O tal vez un vacío. Yo y me necedad de encontrar vacíos cuando ya de antemano sé que no los hay. Así como entre ud y yo hay una distancia o un vacío, entre estas dos entradas está esa misma distancia.
¿Qué putas con lo virtual? ¿Dónde está lo táctil de toda esta vara? Los espacios en lo virtual parecen infinitos o no existen... ¿entonces cómo llegar a uds?
ay no se de qué estoy hablando, mejor otro día...
¿Qué putas con lo virtual? ¿Dónde está lo táctil de toda esta vara? Los espacios en lo virtual parecen infinitos o no existen... ¿entonces cómo llegar a uds?
ay no se de qué estoy hablando, mejor otro día...
08 junio 2009
lo que anda por ahí frecuentemente...
...como la inspiración, no creo en la inspiración.
Tampoco en esa psicología del retrato (o metafísica si también se le puede llamar así, yo que sé).
Una carta de Magritte de 1960 dice así:
"Una falsa idea sobre la pintura está muy extendida: la pintura se quiere atribuir el poder de expresar los sentimientos, cuando es en realidad incapaz de hacerlo. La razón de este error proviene de la interpretación dada a aquello que acontece cuando miramos una obra de arte: acontece que nos emocionamos cuando miramos un cuadro. Deducir por lo tanto que el cuadro expresa la emoción experimentada es creer implícitamente que, por ejemplo,una cebolla expresa las lágrimas que caen cuando la pelamos.
La relación cebolla-lágrimas es cierta y la relación cuadro-emoción del que lo contempla no lo es menos. Pero expresar los sentimientos sólo corresponde al ser pensante".
Tampoco creo en el alma, en el alma de nada.
De esto ya hace varios años, ahí anda uno poco a poco con la idea metida en la cabeza. Sólo me queda la percepción del objeto y los sujetos como materia, objetos al fin. Claro que siempre me queda una duda de todo, y hoy digo todo esto con cierta reserva.
Creo en el material.
También en una pintura de conjunto. No se cómo llamarle, pero me refiero a crear obras de 2, 3, 4, 5... pinturas haciendo un juego de relaciones. Creo en la yuxtaposición.
Y la pintura es siempre materia, y el valor o significación del material viene de su yuxtaposición con otros materiales.
Hay que aprender a trabajar los materiales. Falta mucho camino por recorrer.
Va de nuevo: ni alma, ni personalidad del retrato, ni inspiración... y por dicha de vez en cuando me burlo de mí mismo y de la pintura. Me parece lo más sano.
Es tan rico creer y más rico transgredir esa creencia que se ha construido con tanto esmero. De tanto hacer y deshacer algo va quedando. Creo en los restos y lo que resiste.
Tampoco en esa psicología del retrato (o metafísica si también se le puede llamar así, yo que sé).
Una carta de Magritte de 1960 dice así:
"Una falsa idea sobre la pintura está muy extendida: la pintura se quiere atribuir el poder de expresar los sentimientos, cuando es en realidad incapaz de hacerlo. La razón de este error proviene de la interpretación dada a aquello que acontece cuando miramos una obra de arte: acontece que nos emocionamos cuando miramos un cuadro. Deducir por lo tanto que el cuadro expresa la emoción experimentada es creer implícitamente que, por ejemplo,una cebolla expresa las lágrimas que caen cuando la pelamos.
La relación cebolla-lágrimas es cierta y la relación cuadro-emoción del que lo contempla no lo es menos. Pero expresar los sentimientos sólo corresponde al ser pensante".
Tampoco creo en el alma, en el alma de nada.
De esto ya hace varios años, ahí anda uno poco a poco con la idea metida en la cabeza. Sólo me queda la percepción del objeto y los sujetos como materia, objetos al fin. Claro que siempre me queda una duda de todo, y hoy digo todo esto con cierta reserva.
Creo en el material.
También en una pintura de conjunto. No se cómo llamarle, pero me refiero a crear obras de 2, 3, 4, 5... pinturas haciendo un juego de relaciones. Creo en la yuxtaposición.
Y la pintura es siempre materia, y el valor o significación del material viene de su yuxtaposición con otros materiales.
Hay que aprender a trabajar los materiales. Falta mucho camino por recorrer.
Va de nuevo: ni alma, ni personalidad del retrato, ni inspiración... y por dicha de vez en cuando me burlo de mí mismo y de la pintura. Me parece lo más sano.
Es tan rico creer y más rico transgredir esa creencia que se ha construido con tanto esmero. De tanto hacer y deshacer algo va quedando. Creo en los restos y lo que resiste.
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